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¡Hola!
Café calientito en mano  , cobija en piernas, aún a oscuras, me dispongo a saborear este momento de conversación contigo… ¿Cómo estás? ¿Qué tal te ha ido?
Ya casi se acaba enero. El tiempo vuela . Y lo mejor que podemos hacer es aprovecharlo desde temprano.
Quiero platicarte que estos días he estado súper concentrada en evaluar y mejorar los contenidos que produzco para ti. El trabajo “tras bambalinas” no acaba nunca. Es indispensable para mantenerte en crecimiento. Como al andar en bicicleta  , si dejas de pedalear, te puedes caer.
Estoy muy agradecida con todos los comentarios que he recibido . La retro es súper valiosa para identificar oportunidades y mejorar.
Ya estoy trabajando en ello y prometo que mi propuesta no solo cumplirá expectativas, sino que buscará superarlas. ¡Me gusta sorprender!
Bueno, Patricia, tendrás la “primicia” pronto, te lo prometo.
Por lo pronto, quiero retomar las historias de emprendimiento que he estado compartiéndote en las últimas semanas. 
Hace unos días, durante un paseo familiar, le pregunté a Owen qué quería ser de grande. Primero me dijo que quería ser el mejor piloto de aviones . Unos minutos más tarde, me dijo que mejor quería ser un gran constructor de edificios . Luego, como si dentro de él se librara un fuerte debate, declaró que sería un valiente surfista.
Total, pasó del cielo a la tierra y finalmente al mar. Así de ancho es el horizonte de un niño. ¡Y eso es buenísimo! Está creciendo y aprendiendo qué quiere hacer de su vida.
Ya llegará el tiempo en que deba elegir una opción, con la que más se identifique, y sea feliz.
 Te cuento esto porque quiero hablarte sobre uno de los problemas más frecuentes que enfrentan los emprendedores: elegir su proyecto.
Muchos de mis clientes me dicen: “Clau, soy bueno en muchas cosas ¿cómo puedo elegir un solo proyecto para emprender?”.
Yo les respondo: “Solo elige uno”.
Patricia, sé que esto puede ser complicado de entender, pero créeme: decir que eres bueno en muchas cosas y, al mismo tiempo, no elegir una, es una excelente excusa para no hacer nada. 
Puede parecer un poco duro decirlo así, pero este tipo de comportamientos es típico en quienes le “sacan la vuelta” al compromiso.
Nadie discute que sean buenos para muchas cosas. Seguramente lo son. Pero para emprender, hay que elegir una. O eres piloto, constructor o surfista. No todo a la vez.
Para iniciar un negocio, la recomendación es que elijas una de tus habilidades o competencias, solo una.
Sé bueno en esa actividad u oficio. Conviértete en experto de una sola cosa y, cuando la hayas dominado, entonces ve por la que sigue.
Ya lo he dicho muchas veces: todo se puede, pero una cosa a la vez.
Con el tiempo te darás cuenta de que puedes hacer más de lo que te imaginabas.
Piensa, Patricia... ¿Cuál es la que más te motiva? De todas, ¿cuál es la que más te emociona?
A continuación, te ofrezco cinco pasos sencillos que te ayudarán a responder esas preguntas:
- Haz una lista de las actividades que disfrutes y domines más.
- Haz otra lista con los productos o servicios que podrías ofrecer con esas actividades.
- Define cuál de esos productos o servicios tiene más demanda o clientes dispuestos a pagar por ellos (si no lo sabes, pregúntale a amigos o conocidos que podrían ser tus clientes, y escucha sus respuestas y recomendaciones).
- De los anteriores, define cuál es el que más valor te produce, y con el que estás dispuesta a comprometerte hasta volverte en experta.
- ¡Pon manos a la obra!
Suelen decirme: “Siempre que hablo contigo, Clau, me pones un ‘cuete’ y me ayudas a entender que puedo lograr más de lo que imagino”.
Por eso decidí crear mis programas, para ayudar a las personas a ponerse ese ‘cuete’, tomen acción y se vuelvan expertos en eso que tanto aman hacer. Para que alcancen el éxito.
Patricia, ahora tú dime... ¿para qué te consideras bueno?
Todo se puede. Me encantaría ayudarte a que descubras cómo.
Recibe un abrazo
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